EL SINDROME DE LA IMPORTANCIA

Bonsoir mes amis,

Se acabó la semanita y empieza otra, c'est la vie!!!!

Como no... hoy domingo me ha tocado trabajar, el dia ha sido tranqulito: me he levantado y aprovechando la mañanita de fiesta y soleada de hoy, he desayunado en la terraza de 2J: café con leche, croisant y el País. Se puede pedir mais? Si!!! un zumito de naranja NO NATURAL, sin azucares añadidos y fresquito... pero ya se sabe, la perfección no existe. Lo maravilloso del asunto es cuando estás acostumbrado a vivir en un zulo -donde tienes que mirar google tiempo para saber que ponerte- desprovisto de luz solar, y de repente no duermes en casa y en ésta hay una terraza con un par de cojones donde el sol brilla.

Una vez en el curro, estoy atendiendo a unos clientes y a la vuelta, sale una voz de mierda de una mesa:

- ¿te acuerdaaaaaaaaaaas?
- perdone
- que si te acuerdas
- de que
- hemos pedido y todavía no tenemos nada
- ahora lo miro. Me lo ha pedido a mi?
- no
- como dice que si me acuerdo, pensé que me había pedido y no lo recordaba
- es que los dos tenéis gafas
- claro señora, y los dos tenemos polla. Si usted estuviera más pel cas y menos por estar mirando el paquete que llevamos entre la piernas mientras se le hace la boca agua, se daría cuenta que somos dos personas y que somos mais que un buen par de rabos.

claro... esto último no se lo he dicho, pero como a veces puedo hablar con alguien y seguir una conversación paralela en mi cabeza... me he quedado mais a gusto que un arbusto.

Si algun pre-adolescente estuviera leyendo este post (que no podría ser posible, ya que debes tener minimo 18 años) le diría que no se dedicara a la hostelería, ya que se daría cuenta que hay una enfermedad que podríamos bautizar como EL SÍNDROME DE LA IMPORTANCIA.

Este síndrome afecta sobretodo a clientes habituales, vecinos y gilipollas en general. Lo típico es pensarse que ellos son lo mais, que pierdes el puto culo por ellos, que pueden pedirte chupitos gratis porque son ellos, que ellos no tienen que levantarse cuando se esta cerrando el local, que ellos pueden pagar cuando les apetece, etc.

Lo entenderéis con el siguiente ejemplo, queridos pre-adolescentes que no deberíais leer este blog:

Una mesa nueva en una terraza de un bar. 5 ó 6 personas. Una de ellas, la típica gorda que se cambia el peinado y se hace mechas imposibles, mientras se vuelve a cortar el pelo antes de que éste le crezca lo suficiente para tapar el último ridículo peinado. Estas espécimenes, normalmente son desaforadas y dicen incansablemente la palabra ESPECTACULAR. Estoy seguro que entre hacerlo todo ESPECTACULAR y cambiarse los peinados, acompañados de fulares de tantos colores que parecen africanas... ya no tienen que preocuparse de hacer dieta y se pueden meterse entre pecho y espalda una buena ración de patatas bravas.

Bien, la mesa ya esta sentada.

- Hola -dice el camarero- ya estamos cerrando

Todos se miran decepcionados, no habrán entendido que la única mesa que hay en la terraza sea en la que ya se han sentado, no han entendido que ello significa que se esta cerrando. Claudican, porque es lo que hay y se levantan porque es lo que hay, y tienen que largarse porque es lo que hay.
Pero ella -nuestro ejemplo- puede decir entre desaforados movimientos de manos: - encima que no nos dejan dormir, podrían tener el detalle

Amigos, esta tiene un enorme problema -además de peso- de síndrome de la importancia. Ella quizás es vecina y quizás no puede dormir bien porque es sabido que los bares molestan a los vecinos, ella no paga la licencia ni del bar ni de la terraza del local en cuestión, ella debería saber que el ayuntamiento obliga a cerrar terrazas precisamente para que no molesten a los vecinos hasta altas horas de la madrugada sea quien sea que este sentado o sentada en esa mesa.

A esta tiparaca le falta un hervor

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