En el nombre del ....

Queridos amigos,

Estaba el otro día andando bajo este sol de mil demonios.... iba paseando y, como es costumbre en mi y es sabido por todos vosotros, estaba produciéndome un auto-videoclip de los que a mi tanto me gusta hacer. Llevaba en Ipod 

GRACIAS APPLE!!!! 

Lo nuevo y exquisito de Tom Vek, una cosa.... una cosita.... vamos exquisitez pura y dura. Algo a lo que no creo que nadie pueda resistirse. Cuando haces un auto-videoclip debes ponerte en el papel, y claro... así de buenas a primeras, sin demasiado producción y pensado en un momento... tu siempre eres el protagonista y toooooooooooooooooooooodo el mundo es el extra... egocentrismo puro y duro, pero por desgracia así es el mundo de los videoclips... ¿que me diréis de cualquiera de los cantantes que no hacen gala de diseño y savoir faire en este campo? no voy a poneros una lista.

Bien, hay mucha gente en la calle, y la mayoría dan para hacer este tipo de trabajo. No paraba de mirar a la gente, la gente que se cruzaba, que me miraba, las chicas -que a 80.000 grados - llevan camperas y botas altas en general, pantalones demasiado anchos de abajo, camisetas imposibles y demás. 

En ese momento divisé a cierta distancia una pareja. Eran dos hombres de unos 50 y largos años. Aunque no iban cogidos de la mano, ni se tiraban miradas matrimoniales... era bastante evidente que si eran pareja y matrimonio -diga lo que diga el PP y por mucho que Duran i Lleida vaya a una trobada para salvar las familias tradicionales-. Actuaban de la misma forma que una pareja heterosexual de su misma edad. Iban andando, agotados por el calor. Tenían esa cosa de que ya llevamos tanto tiempo el uno con el otro que podemos andar a dos metros de separación, esa sensación de nos queremos pero no vamos a compartir cada segundo de nuestra vida aunque estemos en el mismo sitio. Uno con camiseta de manga corta y otro con camiseta de tirantes. Los dos con unas terroríficas bermudas. Como las exigencias de mi auto-videoclip así me obligaba, tuve que acelerar mi paso, aun a punto de correr el riesgo de tener un golpe de calor, a fin de poder introducirlos en mi cámara de video profesional imaginaria, la canción avanzaba y yo necesitaba material. MAS MADERA!!!! gritaba mi director: Myself.

Fuera de ponerlos en la letra de la canción, mi imaginación empezó a volar. Uno, el de la camiseta de tirantes, era muchísimo más femenino que el otro. Se comportaba exactamente igual que una señora de su edad cuando pasea o se dirige a algún sitio con su marido. No necesitan darse la mano ni hablar de cualquier cosa. Solo necesitan llegar a su destino antes de deshidratarse. Éste, el que digamos tenia más alma de mujer de su edad, llevaba el bolso bien cogido, se abanicaba e incluso -dentro de su mediocre pero cómodo vestuario- con muchos más colores y complementos. Que si una cadena de oro, que si pulseras, un anillo, más apretado...  ¿Que me pongo? me lo pongo todo.

Mi auto-videoclip en ese momento trataba de cuanto ha evolucionado la sociedad, que suerte tenia esa pareja que había dejado su país comunista para empezar de cero en un país un poco "más avanzado" para tener una vida normal y comportarse de forma normal sin tener miedo a que nadie les mirara o les tratara diferente. Podían pasear su forma de ser libremente. No rendían cuentas a nadie y eran felices. Yo estaba enfrascado en ese momento haciendo lo que se supone que nadie ya hacia, y que por eso ellos podian ser felices como perdices, cuando...
foto: Jesse Hora

Una bicicleta se cruzó entre medio de los dos. Iban bastante separados, así que no habia ningún tipo de posibilidad de atropello o accidente. La conducía un chico, que tenia una de las orejas muy muy pequeñas y la cara con una malformación, imagino que de nacimiento. El auto-videoclip dio un giro inesperado cuando al pasar este ciclista justo por delante del que tenia alma de mujer de su misma edad lo vio, ni corto ni perezoso, aparto su mano derecha de su pecho y se santiguó delante mismísimo del chico que tenia una malformación en la cara.

Coïons... hay que rehacer guión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario