SHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII


Amigos mios:

Este sábado, después de la estupenda obra -donde mi albariño triunfó como la coca cola, porque el que vale vale y el que no.... A EMPRESARIALES- de teatro, decidimos irnos a tomar un Ballantines con cola ¿porque? pues porque fuimos al feo barrio de gracia a un bar heavy... si amigos... A UN BAR HEAVY!!!!! ¿y que se toma en este tipo de bares? lo que sus usuarios de pelo con raíces y puntas abiertas toman: BALLANTINES CON COLA. Por supuesto tuve que ir a cambiarme de ropa antes.

Cuando el bar -con un futbolín, un montón de libros repartidos en las escaleras, un poster de Bob Marley, peluches de perros, tejas en la pared como lamparas y un sinfín de cosas de mal gusto que no pegaban ni con pintura unas con otras- cerró, buscamos otro antrucho a ser posible con el mismo mal gusto que el anterior. Ya que estábamos en gracia...

Pues la siguiente opción fue aún peor pero al mismo tiempo MEJOR. Mira que he visto antruchos y gentuza en ellos... pero este bar, del cual el nombre no recuerdo y ni siquiera donde esta... SE LLEVA LA PALMA.

Eran ya pasadas las 3 de la mañana -hora en que todos los bares deben estar cerrados- sólo entrar en el antrucho, el camarero: el típico hyppie reciclado de avanzada edad, pelo corto pero mal conservado y estoy seguro que siempre lleva esa sudadera de color rojo.

Sólo entrar, el amo del local se dirigió a nosotros:


SHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
SHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

- especie de ruido con los labios para que nos calláramos -yo creí que no nos iban a dejar entrar, y menos todavía tomar algo- Pues no amigos... pudimos entrar y tomar algo, eso si, cada poquisimos minutos el tío volvía a hacernos callar, a nosotros y a los que ya habían entrado antes.

No entiendo porque se juega el pellejo de esta manera; entre que el tío estaba solo (con lo que no podía atender a todo el mundo rápidamente, por lo que jugarse el cuello por mantener el antro abierto no le salia rentable si no podia vender consumiciones a destajo); entre los nervios que pasaba por el ruido que nosotros hacíamos (si hay ruido, los vecinos se quejan y llaman a la poli y le meten un multón, dinero no recogido por no tener una atención rápida y eficaz); la de voz que debía perder con todos los shhiiiiiiiiii que hacia; como no, lo desagradable que el tío se volvía (quizás solo se le llenaba el bar a partir de las 3 de la mañana, porque todo el mundo pensaría que el tío es un imbécil, pero como es el único que esta abierto...

La histeria era tan grande, que cuando salí del baño, otro tío quería entrar y al cruzarnos me dijo:


shiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii


Dios mio... que coño es esto... un bar en el medio del Texas profundo y nosotros negros?

A punto de irme... entraron un grupo nuevo de gente, y por supuesto haciendo ruido. El tío se puso como un energúmeno y agitando los brazos como si de una langosta fuera, se puso a gritar más que todos nosotros. Decía así (más o menos):

- ya esta bien!!!!!!!!!!! si queréis que esto siga abierto debéis dejar de hacer tanto ruido porque si no os hecho a todos y cierro el chiringuito -acompañado este último grito con un juego de manos que se usa golpeando con la parte interior lateral de una mano en la palma de la otra. Solo que éste usó el puño: como si quisiera pegar- Y ahora os esperáis porque llevo aquí toda la noche y me voy a mear (a este tío no le conviene abrir el bareto, seguro)


pero os prometo que volveré.







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