La minifardilla

Queridos... 

Supongo que todos habréis visto esa especie de camisa o blusa o whatever que muchas contertulianas del programa de corazón llevan en sus platós. Negra o de colores y sobretodo con una sola manga. ¿una sola manga diréis? si si una sola manga, no he dicho que vayan bien vestidas.

Una de las mangas es hasta la muñeca y la otra parte de la blusa (la otra manga) es inexistente, dejando además al descubierto ese hombro. Bueno, verlo en cualquier programa de los de telecinco, dónde ellas van pintadas como puertas, pendientes excesivamente largos y peinados imposibles ya se ha hecho algo normal. Pero... ¿os parece normal que la gente lo lleve a las 9 de la mañana por ejemplo? ¿Dónde coño irán a esas horas más que a currar? ¿De verdad la gente lleva esa especie de blusas para trabajar en oficinas? ¿En tiendas? ¿En recepciones? ¿En bares? uff... es un look... digamos TREMENDO ¿no? 

Pero esta noche viendo las noticias... hay una especie de novatada -si si novatada por arcaico que parezca- por Granada guiada por un tal Sant Lucas, donde los principiantes a medicina tienen que correr por una especie de pasillo exterior y los de cursos superiores les tiran huevos, harina y vinagre -si si a todo-. 

¿A que no sabéis a quien he visto corriendo por ese corredor del mal gusto y de la vergüenza nacional? bueno no es ninguna colaboradora de telecinco ni nunca de las que he visto por la calle. Era una desconocida pero con este tipo de blusa.

¿De verdad te pones una camiseta que tendría que estar solamente destinada para fiestas de noche horribles y presentaciones de cosas garrulo-marimalgusto para que te tiren huevos, harina y vinagre? Y esto me recuerda a lo que vi el otro día... iba andando por la céntrica y sucia calle Princesa cuando una pareja de jóvenes extranjeros se pararon delante de una de estas tiendas -de las que para mi gusto hay demasiadas- donde venden sombreros mexicanos y vestidos de Sevillana -lo que siempre nos ponemos para el día de la Mercè y fiestas locales en Barcelona- con llaveros y figuritas a lo lladró de la ciudad y diseños rompedores de tacitas con sus platitos pintados de Gaudí Style. 

Él iba con jeans y camiseta. Ella llevaba un vestido corto, lucia una larguísima melena rubia y los dos llevaban gafas estilo Europa del Este. El chico cogió uno de los vestidos y no paraba de ponérselo -sin quitarlo de la percha- como por encima a su novia. La miraba y retira el vestido. Hablaban. El chico volvía a coger el vestido y se lo volvía a poner. Se miraban. Hablaban y volvía a colgar el vestido. Había algo que no entendían. El vestido era lo suficiente corto como para que le fuera bien, pero la parte de arriba era muy pequeña. Decidieron marcharse, supongo que echando pestes del diseñador, que no tenia ni puta idea de hacer un patrón de un vestido de faralaes.

El problema es que el vestido no era un vestido corto. Era un vestido de Sevillana para una niña, claro, supongo que si se piensan que llevamos sombreros de mexicanos, no sabrían que los vestidos estos pueden ser escotados pero todos -creo- llegan hasta los putos pies, así pues, por mucho que quieran llevar un vestido minifarda de Sevillana... ese no lo era, al menos sus pedasos de tetas no cabían en él.

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